Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado engañarme a mi mismo a través de justificaciones acerca del tiempo que me toma trabajar y del poco tiempo que dispongo para caminar el proceso de darme nacimiento desde lo físico.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado culpar al trabajo de mi falta de tiempo en vez de darme cuenta de que podría madrugar más temprano por las mañanas para así disponer de más tiempo para caminar el proceso de darme nacimiento desde lo físico.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado justificar el hecho de que no necesito un trabajo por el hecho de que paso mucho tiempo en el trabajo sin hacer nada, simplemente esperando.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado aceptar trabajar con mi padre por el hecho de no sentirme un parásito en mi casa al no hacer aparentemente nada por ayudar a mi familia.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado no renunciar a trabajar con mi padre debido al enfado continuo que eso provocaría a mi padre.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado sentirme incomodo al trabajar con mi padre al no poder actuar o realizar ninguna acción que no sea de la forma en la que mi padre lo dice.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado a mi mismo tener miedo de llevarle la contraría a mi padre o exponer mi visión sobre algún aspecto debido a todos los recuerdos que he generado durante toda mi vida.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado conectar el hecho de llevarle la contraría a mi padre o exponer mi visión sobre algún aspecto con el miedo en sí.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado temer a mi propio miedo.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado tener siempre presentes a la hora de interactuar con mi padre todos los recuerdos en los que mi padre reaccionaba con gritos, golpes, o simplemente no escuchándome cuando le llevaba la contraria en algo.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado definirme como inferior o con un menor valor/importancia que mi padre.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado tener miedo de hablar con mi padre por miedo a su reacción.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado conectar el hecho de hablar con mi padre con el miedo en si.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado temer a mi propio miedo.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado sentirme intimidado ante mi padre por su forma despectiva de hablarme y por su elevado tono de voz que utiliza cuando no hago lo que el quiere que haga.
Me perdono a mi mismo que me he permitido y aceptado quitarle importancia a sus acciones y su comportamiento por el hecho de conocer su vida y las cosas que tuvo que vivir.
Me comprometo a mostrarme a mi mismo que soy uno e igual a mi padre como principio de vida.
Me comprometo a mostrarme a mi mismo como el guardar rencor hacia mi padre o seguir manteniendo presentes todos los recuerdos que tengo de mi padre de manera despectiva no ayudan nada ni a mi mismo ni a mi padre.
Me comprometo a mostrarme a mi mismo como la única manera de vivir con mi padre como uno e igual es enfrentando todo aquello que he suprimido o que no he tenido el valor de enfrentar antes.
Me comprometo a seguir respirando, momento a momento.
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