El fin de semana pasado hablando con un amigo este me comentó un poco desde fuera mi forma de vestir, algo a lo que yo aparentemente no le doy mucha importancia, pero al fijarme en ello me di cuenta de que en realidad llevaba razón en algunas cosas.
Normalmente visto con ropa que considero cómoda, ropa que a lo mejor lleva tiempo en casa sin ser usada por no estar a la moda, como pantalones de pana, y zapatos que aún están bien pero nadie de mi familia usa. Eso a la hora de llevarlo puesto choca un poco con lo que la gente de mi edad suele llevar puesto, y normalmente me da un poco igual pero para al hablar con J me di cuenta de que en realidad también lo llevaba porque me gustaba de cierta forma. Por ejemplo la chaqueta que suelo llevar es más o menos nueva, comparada con el resto, y el llevarla es algo que lo hago porque me apetece, me gusta hacerlo, me siento cómodo con esa ropa.
En este blog camino el punto de que me influya lo que el resto de personas opine de mi forma de vestir y el por qué suelo vestir así:
Declaraciones de perdón, corrección y compromiso a mí mismo:
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado juzgar mi forma de vestir como una forma anticuada y pasada de moda.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer vestir de la forma en la que lo hago porque quiero sentirme mayor de lo que realmente soy, porque quiero sentirme más sabio de lo que soy en realidad.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado conectar el hecho de ser más anciano con el hecho de ser más sabio.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer vestir la chaqueta que normalmente llevo porque quiero sentirme elegante, porque he definido el hecho de vestir elegante con el hecho de tener más poder y control sobre lo que me rodea.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado conectar el hecho de vestir elegante con el hecho de creer tener más poder y control sobre lo que me rodea.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer ser más sabio de lo que realmente soy.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer tener más poder y control sobre todo lo que me rodea.
En el momento y cuando me vea a mí mismo queriendo ser más sabio y querer tener más poder y control sobre todo lo que me rodea, a través de seleccionar la ropa que voy a llevar puesta según ese criterio - me detengo y respiro. Me doy cuenta de que al guiarme por estos motivos para vestir, al final lo que voy a conseguir será perder confianza en mi mismo como mi expresión, como lo que realmente me gustaría llevar, y además muchas de esas veces para satisfacer esos motivos mentales habré de llevar ropa que no es realmente cómoda o puede que no sea apropiada para la temperatura que hay en el exterior.
Me comprometo a mí mismo a establecerme como la seguridad de mí mismo y así decidir que ropa comprar y llevar puesta de acuerdo a la comodidad y a lo bien que se ajusta a mi expresión.
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