Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer competir continuamente con las personas con las que me encuentro en mi día a día, ya sea de forma física al estar en la misma situación que estas personas o bien a través de Internet u otro medio como televisión, etc, y así me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer/desear ganar en la comparación/competición que inicio mentalmente con esas personas.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado creer ser superior, mejor, más importante que el resto de personas que me rodean, con las que me encuentro en mi día a día, porque quiero/deseo sentirme importante, valorado, especial.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer/desear sentirme importante, valorado y especial, en la situación en la cual estoy con personas a mi alrededor, ya sea físicamente o bien través de cualquier medio tecnológico como por ejemplo Internet, porque quiero sentirme imprescindible, necesario.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer/desear sentirme imprescindible, necesario para este mundo, esta realidad, porque he conectado el hecho de ser prescindible, no necesario con el hecho de poder desaparecer/morir en cualquier momento.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado creer que el ser imprescindible, necesario en este mundo, esta realidad, provocará que me convierta en inmortal o que por lo menos tenga una buena calidad de vida y viva lo máximo posible.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado querer/desear ser inmortal, o por lo menos tener la oportunidad de vivir lo máximo posible, porque tengo miedo a la muerte/no existir.
Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado tener miedo de morir/no existir, porque no podré no podré disfrutar de esta realidad física, de mi vida. Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado conectar el hecho de morir/no existir con el miedo en sí. Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado temer a mi propio miedo.
En el momento y cuando me vea comparándome con las personas que me rodean y deseando en esa situación ser mejor/más importante que esas personas con las que me estoy comparando - me detengo y respiro. Me doy cuenta de que al competir continuamente con las personas que me rodean estoy separándome de estar personas, creando barreras entre esas personas y yo, al verlas como rivales con los que he de competir, en lugar de verlos como lo que realmente son, unos seres humanos que al igual que yo se están experimentando en esta realidad física, cada uno con su propia historia/circunstancias, pero en absoluto diferente a lo que soy yo y como me experimento.
Me comprometo a mí mismo a establecerme como la valentía de mí mismo y así aceptar que soy exactamente uno e igual al resto de seres que existen en esta realidad física, y que por tanto no soy mejor, ni peor, ni especial ni nada por el estilo, sino exactamente lo mismo que el resto.
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