Me perdono por haber permitido y aceptado tener prisa por acabar cualquier tarea/acción o trabajo que no resulte lo suficientemente interesante o estimulante para mi.
Me perdono por haber permitido y aceptado creer que la rapidez o la habilidad de realizar una acción en un intervalo de tiempo inferior a lo que normalmente tardaría en hacerlo es algo positivo y algo por lo que debería sentirme especial, importante o valorado.
Me perdono por haber permitido y aceptado estar pensando en final o imaginarme el final de una tarea o trabajo que preferiría no hacer para así tener la sensación de que queda poco tiempo para terminarla.
Me perdono por haber permitido y aceptado vivir continuamente en el futuro sin valorar el momento presente, esperando a que el presente pase y llegue por fin el futuro que espero.
Me perdono por haber permitido y aceptado valorar una tareas como tareas aburridas y que preferiría no hacer y otras como divertidas o estimulantes en base únicamente a experiencia anteriores, basándome en las cosas que me hacían sentir mejor otras.
Me perdono por haber permitido y aceptado no darme cuenta de que soy yo el que decido o elijo que me hace sentir mejor y que me hace sentir peor.
Me perdono por haber permitido y aceptado no darme cuenta de que al valorar una actividad como positiva o agradable para mi estoy valorando como negativas, aburridas o desagradables para mi todas las demás que no valore como positivas para mi.
Me perdono por haber permitido y aceptado el concepto de prisa por acabar una tarea negativa o desagradable para mi como una consecuencia lógica al crear mi propia polaridad sobre las tareas o actividades positivas y negativas.
Me comprometo a ver la tareas, actividades o trabajos como lo que son sin entrar a valorarlos emocionalmente como positivos o negativos.
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