miércoles, 9 de septiembre de 2015

Día 270 – Voy a llegar tarde

En este blog camino la memoria en la cual estoy en la parada del bus esperando al autobús para poder llegar a la estación y después coger el tren, cuyo billete ya había comprado. Como ya había hecho antes ese viaje, calculé la hora a la que debería estar en la parada del bus para poder llegar a tiempo a la estación de tren. El tren salía a las 17:05 y yo estaba en la parada a las 16:00, estuve esperando hasta las 16:13 que finalmente cogí el autobús. Al no tener una referencia clara de cuando llegará el autobús a su destino, ya que depende del tráfico y del resto de personas que estén esperando por este en las paradas siguientes, no sabía si conseguiría llegar a tiempo a la estación o no, ya que a todo esto se sumaba el hecho de que cogiendo el autobús a las 16:08 en ocasiones anteriores había llegado justo a tiempo.

Durante todo el trayecto en autobús estuve planteándome el hecho de si el autobús llegará a tiempo a la estación o no.

Declaraciones de perdón a uno mismo:

Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado experimentar ansiedad/estrés en la situación la cual estoy en la parada del bus esperando al autobús, al no saber cuando llegará el autobús y por tanto sin saber si llegará a tiempo a la parada para que yo pueda coger después el tren cuyo billete ya había comprado, para a través de participar en esta experiencia creer que provocaré de algún modo que el autobús llegue antes a la parada.

Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado creer que mi comportamiento y experiencia que esté teniendo, en la situación la cual estoy esperando al autobús en la parada, puede influir en la hora de llegada del autobús en la parada.

Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado proyectarme mentalmente hacia el futuro, en la situación la cual estoy esperando al autobús en la parada del bus, y así imaginar una situación futura en la cual el autobús llega lo suficientemente tarde como para que yo no pueda llegar a la estación de tren a tiempo para coger el tren cuyo billete ya había comprado, y me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado culpar al conductor del autobús, dentro de esa imaginación, por no haber llegado a tiempo a la estación.

Me perdono a mí mismo que no me he permitido y aceptado darme cuenta de que los autobuses tienen un horario y si quiero asegurarme de llegar a la estación a tiempo puedo consultar dicho horario con antelación y así poder ir unos momentos antes de la hora establecida de llegada del autobús a la parada.

Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado estar continuamente preocupado/experimentando ansiedad en la situación la cual estoy dentro del autobús con dirección la estación de tren, al no saber si el autobús llegará a tiempo a la estación o no, creyendo que de esta forma conseguiré hacer que el autobús llegue antes a su destino.

Me perdono a mí mismo que me he permitido y aceptado creer que experimentar ansiedad/preocupación en la situación la cual estoy dentro del autobús con dirección la estación de tren, hará que dicho autobús llegue antes a su destino, sin haberme dado cuenta de que el tiempo que autobús tarde en llegar a su destino depende del conductor del autobús, del resto de conductores que estén en ese momento circulando por la misma zona que el autobús y de las personas que hayan decidido subirse a ese autobús en las siguientes paradas, por tanto sin haberme dado cuenta de que esa experiencia de ansiedad/preocupación no sólo no provocará que lleguemos antes al destino sino que provocará que me evada de la realidad y no sea consciente de la realidad que me rodea en ese momento.

En el momento y cuando me vea evadiéndome de mi realidad para estar participando en y como la experiencia de ansiedad/preocupación por no saber si llegaré a tiempo a no a la estación de tren para así conseguir coger el tren y volver a mi pueblo – me detengo y respiro. Me doy cuenta de que estar preocupado sobre si llegaré a tiempo o no limitará toda mi expresión en ese momento a estar continuamente experimentar esa preocupación, sin darme así la oportunidad de descubrir cosas nuevas disfrutando del viaje mientras simplemente respiro.


Me comprometo a mí mismo a establecerme como la aceptación incondicional de mí mismo y así afrontar las consecuencias que conlleve el haber decidido ir a la estación de autobús a una determinada hora.

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